miércoles, 6 de febrero de 2008

Infelicidad... mi Enajenación...

Me rehuso a sentirme mórbido,
sólo anhelo un pálpito limpio.
Tal vez, acepte sólo una mirada,
mas con el seño fruncido,
pues me he de sentir menos molesto.
Condicióname a tu contorno;
pobre de aquel que pase por esta vereda
y se atreva a saludarme alegre
¡Mierda! ¡Te dije!
Dibuja en mí un rasgo más que en tí,
muéstrate infeliz,
refugia en lo recóndito tu prodigiosidad,
mátate vulnerable a mis ojos.
Es sólo que necesito verme mayor al analogarme.
Cuída de mí ¡Te lo exijo!
No me quedan más que mis palabras...
¡No te vayas! Perdón,
es cierto, a tí te poseo...